Bodegón
Sobre el tablero de una mesa están dispuestos en primer término varias peras, manzanas, naranjas y granadas. Tras ellas, puede verse una cesta de mimbre y, a la izquierda, una redoma con vino blanco en cuya panza se refleja una amplia estancia de paredes blancas y vigas de madera, bañada por la luz de una claraboya.
La calidad ciertamente notable de este bodegón hace aún más intrigante la personalidad de su desconocida autora, identificada tan sólo por su evidente y clara firma, constituyendo por el momento el testimonio exclusivo de la personalidad y actividad artística de Pura Luques. A través de este lienzo pueden advertirse las evidentes dotes de esta pintora para el género, mostrando un especial instinto en la disposición, sobria y elegante, de los objetos que componen la naturaleza muerta, bañada por una luz muy dirigida, que marca el modelado de su volumen y subraya el realismo concreto y minucioso con que están reproducidos cada uno de los elementos. La autora demuestra además un particular refinamiento en detalles como la disposición de las ramas que se recortan sobre el fondo oscuro, el entramado del mimbre o, sobre todo, los brillos del vidrio, queriendo hacer un especial alarde de destreza en el reflejo deformado de una habitación que queda fuera del campo de visión del espectador, siguiendo la tradición de los bodegones flamencos.Todo ello parece situar a esta pintora en la tradición del realismo descriptivo que caracteriza el bodegón español de la segunda mitad del siglo XVIII en la órbita de Luis Meléndez (1716-1780), mantenido durante décadas en los ambientes académicos.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 350.
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