Salomé, hija de Filipo y Herodías, pidió a Herodes la cabeza de San Juan Bautista como premio a su danza (Mateo 14, 3-12; Marcos 6, 17-29; Lucas 3, 19-20).
La composición centra en Salomé la atención de la escena, quien recibe el fuerte foco de luz relegando a un segundo plano la bandeja con la cabeza del Bautista. Salomé, para la que se ha supuesto que Tiziano tomó como modelo a su hija Lavinia, hace partícipe del momento al espectador al dirigir su mirada hacia el exterior de la pintura.
Esta obra fue comprada por el marqués de Leganés en la almoneda de Carlos I de Inglaterra. Pasó a las Colecciones Reales tras la muerte del Marqués en 1665, citándose por primera vez en el inventario del Alcázar de Madrid de 1666.