Inmaculada atribuida al escultor del siglo XVII Pedro de Mena, de cuerpo entero y de pie. Fue adquirida por Sorolla en Granada al tallista Sr. Fuentes, por mediación de D. Joaquín Torrente, en 1917. Se apoya sobre una nube con querubines y los cuernos de la luna y pedestal de rocalla del s. XIX. Se caracteriza por los perfiles extremadamente finos y la policromía empleada (colores en fuerte contraste) y el realismo en las encarnaduras. Para sus imágenes de la Inmaculada, partió del tipo creado por Alonso Cano, que luego adoptaría a su estilo personal al ir simplificando el modelado. Además de las de su época granadina, Pedro de Mena, comenzó hacia 1674 una serie de Inmaculadas, de las que hay repartidas por varios puntos de la geografía hispana. El tipo seguido en todas ellas no varía; las diferencias están en los adornos escultóricos que las acompañan: nubes, querubines, niños, etc.
Adquirida por Sorolla en Granada al tallista Sr. Fuentes, por mediación de D. Joaquín Torrente, según correspondencia conservada en los archivos del Museo, con fecha de 21 de febrero y 15 de marzo de 1917 (CS5919 y CS5920).
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