Una guirnalda de flores con forma romboidal rodea las figuras en grisalla de la Virgen, el Niño y San Juan.
La obra es uno de los muchos ejemplos de la colaboración entre el pintor y jesuita Daniel Seghers, especializado en naturalezas muertas y flores, con Erasmus Quellinus, pintor de figuras. Sus obras en común alcanzaron gran éxito entre los coleccionistas europeos del Barroco.
La disposición en forma de rombo de los grupos de flores es muy habitual en Seghers, cuya delicadeza las convierte en elementos de gran atracción estética, siendo muy frecuente la división en cinco ramilletes. Por su parte Quellinus realizó en este ejemplo una muestra de su capacidad para la pintura religiosa, al incluir en grisalla un tema estimado por la devoción privada como el de la Virgen con el Niño y su primo.
La obra es pareja de la Guirnalda con Jesús y Santa Catalina de Siena (P1991), entró en la Colección Real española en el siglo XVIII a través de la colección de Carlos IV.