Imagen de la segunda esposa del pintor, con quien contrajo matrimonio hacia 1760, y pareja del autorretrato del artista (P7460). La mujer está representada con un deseo de cierto ennoblecimiento, como puede apreciarse en el elaborado vestido, muy adornado, en el aparatoso tocado y en la presencia de las joyas, que hacen que la obra responda más a un retrato social que a una visión íntima y personal de la protagonista. Aún así, la idea de retrato conyugal está indicada por las dos palomas y los dos corazones unidos que decoran el medallón que pende del cuello de la dama.
Al utilizar este modelo retratístico, Gónzalez Velázquez muestra su preferencia por las tipologías definidas en esa época por Mengs, Maella o Bayeu, alejándose de la estética de Giaquinto, con quien se relaciona en otras facetas de su producción.
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