Louise Amour Marie de Bouillé fue la última descendiente de una noble familia aubernesa afincada en las Antillas francesas. Nacida en 1844, casó en 1864 con el conde francés Charles Antoine de La Roche-Fontenilles, marqués de Rambures. Aficionada al arte, la Marquesa acudió como copista al Museo del Prado, en cuyo libro de Registro de Copistas consta, durante su residencia en Madrid, desde 1871, fecha aproximada de la ejecución de su retrato por Madrazo. Además del ejercicio de la pintura, se sabe que la dama contó con inquietudes intelectuales que le llevaría a publicar alguna obra en la que se mezclaban las cuestiones teológicas con la filosofía de carácter naturalista en boga en aquel momento. Este perfil psicológico debió atraer al pintor, director del Museo del Prado por aquel entonces, impulsándole a plasmar el otro perfil de la dama, en el plano físico.De cualquier manera, este retrato resulta atípico en la producción de Federico de Madrazo, dado que ofrece un estado intermedio entre el apunte del natural y el retrato acabado de pequeño formato, en el que la modelo, sentada, casi de perfil, aparece inmersa en la ejecución de una pintura. Madrazo se centra en el modelado de la cabeza, mediante pocas y muy ligeras pinceladas, aplicando una delicada entonación al rostro, que subraya la languidez natural de las facciones de la señora. Todo esto confiere a la obra un carácter íntimo, fomentado por la velada iluminación. El carácter privado parece confirmarse por el hecho de que el pintor conservara la obra colgada en su taller, como puede apreciarse en fotografías antiguas realizadas tras su muerte.