La repetición de obras fue práctica común en el taller de Rubens. Un ejemplo es esta réplica de una pintura enteramente autógrafa que se encuentra en la Alte Pinakothek de Múnich. La escena relata la muerte del filósofo romano Séneca, que fue indignamente acusado de traición y obligado por Nerón a suicidarse en el año 65, y resalta los valores del estoicismo, corriente de pensamiento muy vigente en Europa a principios del siglo XVII. El rostro del filósofo se basa en un busto antiguo que Rubens tenía una versión en su colección. Aunque en época de Rubens se suponía que era un retrato de Séneca, actualmente esta identificación ha sido rechazada. La pintura se documenta desde 1637, cuando una composición poética de Manuel de Gallegos la cita en el Palacio del Buen Retiro.