Copa formada por cuatro piezas de sanguina, tres guarniciones y dos asas de plata dorada. El cuerpo campaniforme, de boca ovalada, está formado, lo mismo que la sobrecopa, por cuatro grandes gallones muy planos; el vástago es abalaustrado y el plano ovalado. Diaspro sanguino bastante trasluciente. La guarnición y las dos asas, de plata dorada, con labor calada y esmaltada en negro, blanco y verde azulado; la enriquecen veintiocho turquesas. Al ser devuelta la copa de París en 1815 habían desaparecido las cinco turquesas de la tapa y la de la parte superior del vástago, que hoy falta. Tampoco existía ya el remate del vaso.
Esta obra forma parte de la herencia recibida por el rey Felipe V (1683-1746) a la muerte de su padre, el Gran Delfín, en 1712.