Desfile de un condenado por la Inquisición, a lomos de un burro, tocado con un capirote e insultado por la gente que observa el espectáculo callejero.
Ejecutado con rápidas y empastadas pinceladas, la obra se inspira en las escenas de condenas inquisitoriales realizadas por Goya, quien fue excepcional testigo de las mismas , no así Lucas ya que la Inquisición fue abolida por las Cortes de Cádiz en 1812 y extinguida definitivamente en 1834, tras la muerte de Fernando VII. Lucas pintó toda una serie de cuadros relacionados con el tema que, hoy en día, también se guardan en el Museo del Prado, como Condenados por la Inquisición (P6974) y Condenada por la Inquisición (P4438).
Esta obra forma parte de la donación realizada en 1968 al desaparecido Museo de Arte Moderno por María de los Ángeles Sáinz de la Cuesta, condesa de los Moriles, en memoria de su esposo Juan Vitórica Casuso.
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