Retrato de Alfonso de Ávalos (1502-1546), marqués del Vasto y de Pescara, destacado militar que fue enviado en 1539 por Carlos V (1500-1558) a Venecia a saludar al nuevo Dux, momento en el que este cuadro fue encargado.
La escena representa uno de los momentos más importantes en la vida del personaje, el sofocamiento del motín de las tropas españolas en Lombardía en 1537 gracias a su discurso. Su hijo Francisco Ferrante, situado junto a él, fue cedido como rehén para garantizar el cumplimiento de las promesas del marqués.
La composición del cuadro remite a diferentes ejemplos clásicos, como los relieves del Arco de Constantino.
La obra pasó de la familia Ávalos a formar parte de la Colección Ducal de Mantua, donde fue adquirida por Carlos I de Inglaterra. Se cita por primera vez en España en el inventario del Alcázar de Madrid de 1666. Ingresó en las colecciones del Museo del Prado en 1828.