En septiembre de 1867, Raimundo de Madrazo deja París momentaneamente para acudir en Madrid a la boda de su hermana Cecilia con Mariano Fortuny. Una vez en España, prolongaría su estancia durante un año, aprovechando la primavera de 1868 para viajar a Andalucía. En Sevilla se dedicó a realizar algunos paisajes de pequeño formato, que se podrían calificar de "caprichos de autor", entre los que se hallaría la presente obra.El lugar plasmado por Madrazo es identificable con el llamado jardín del Estanque, en los Alcázares de Sevilla, apreciándose en primer término la alberca que da nombre al lugar y la fuente de Mercurio, conocida como fuente del Moro, obra del escultor manierista sevillano Diego de Pesquera. Junto al pretil se desarrolla una escena amable e intrascendente, en la que acompañadas por la presencia de un caballero embozado, varias damas juguetean caprichosamente con sombrillas y abanicos a azuzar a los cisnes.En este alarde de minuciosidad, teniendo en cuenta su reducidísimo formato, casi miniaturesco, se ha querido identificar en la figura de las señoras a las hermanas del pintor, Cecilia e Isabel de Madrazo.La extensa gama de verdes, el luminismo contrastado, la conjugación de pinceladas largas con otras breves y certeras, envuelven la composición en una serenidad placentera muy a tono con la temática de la obra, afirmando la maestría del pintor.
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