De más de medio cuerpo, el personaje aparece acariciando la cabeza de una escultura clásica, probablemente de Apolo. La interpretación más aceptada es que se trata de una representación del Tacto, puesto que las series de los Cinco Sentidos fueron un tema bastante común en la obra del valenciano.
Durante el siglo XVIII se consideraba un retrato del escultor ciego Giovanni Gomelli de Gambazzo, teoría rechazable pues este artista aún no tenía treinta años cuando se realizó la pintura. También se ha pensado que fuese una representación del filósofo Carneades, quien después de quedarse ciego aún pudo reconocer a través del tacto un busto del dios Pan. Probablemente se trata de una representación del tacto que utiliza como soporte narrativo la historia de Carneades, según una tipología de gran éxito en la época, que asociaba retratos de filósofos antiguos y alegorías de los sentidos.
Se desconoce su origen exacto, estando documentado en 1764 en El Escorial, de donde pasó al Museo del Prado en 1837.
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