Pieter Claesz compuso esta naturaleza muerta mediante unos pocos elementos elegantemente dispuestos sobre la mesa: un vaso con vino, una copa metálica volcada, otra copa boca abajo. Elementos que se distribuyen junto a varios platos que contienen: un limón a medio pelar, aceitunas y un pedazo de pan. Las nueces dispersas dotan de cierto aspecto casual a la representación.
La sencilla disposición de los objetos sobre la mesa y la tonalidad general del cuadro son los elementos característicos de esta pintura de Claesz, uno de los ejemplos más claros de las naturalezas muertas de la escuela de Haarlem a la que pertenecía el pintor. A la vez, la construcción del bodegón alrededor de una de las formas, en este caso la copa grande, es típica en sus pinturas de la década de 1630 a 1640.