El maestro de esta escuela de simios castiga a uno de los alumnos, mientras otro parece interceder por él. Detrás, repartidos en mesas, el resto de los estudiantes observan asustados.
Se trata de una crítica a las malas actitudes sociales para las que Teniers utiliza al mono como animal que simboliza la estupidez y la carencia de pensamiento racional, tema muy frecuente en el artista. En este ejemplo es evidente la crítica al sistema educativo, que únicamente será capaz de formar estudiantes que, cual simios, repiten irracionalmente lo aprendido.
La obra muestra las deudas del artista con sus predecesores. El dibujo de la pared alude a su maestro Adriaen Brouwer, quien marcó la línea a seguir con sus obras más expresionistas, aunque la composición está siguiendo un modelo de Pieter Brueghel “el Viejo”, en donde se representaba una escuela, con idéntico sentido crítico.