Los comensales, que ocupan el centro de la composición, simbolizan los sentidos; el músico y los niños cantores, el oído; la joven que acaricia el visón, el tacto, y la que se dispone a saborear las ostras, el gusto. El simio que tira del cabello a un amorcillo representa también el tacto.
Igualmente significativos son los animales y los cuadros de la estancia: La Anunciación -en la tapa del clavicordio- y La visita de Minerva al Parnaso son exponentes del oído; El sacamuelas, del tacto, y El castigo del rico Epulón y Las bodas de Caná, del gusto.
Gerard Seghers y Frans Francken “el Joven” son los pintores que colaboraron con Brueghel “de Velours” en la realización de esta obra.