Endymion, hijo de Etlio y nieto de Júpiter, permaneció durante mucho tiempo enamorado de la Luna (identificada con Diana o Selene), siendo continuamente rechazado por ella. Finalmente la constancia del joven dio frutos y consiguió su amor. El relato mitológico no procede de Ovidio, la fuente más habitual para los cuadros mitológicos, sino de textos de Plinio, Safo y Luciano. Van Dyck representa la historia en su momento final, cuando tras consumar su amor, duerman placidamente en el bosque, en el momento de ser descubiertos por un sátiro.
El pintor realizó una representación del hecho cargada de poesía, donde la luz baña el bello cuerpo de Diana, identificada por la luna de su diadema y por los elementos alusivos a su condición de diosa de la caza: el perro, el arco con las flechas y las piezas del ángulo inferior derecho, que en sí mismas conforman un magnífico ejemplo de naturaleza muerta.
El cuadro, muy influido por la sensualidad de la pintura mitológica italiana, está inspirado en modelos de Tintoretto (1519 - 1594), pero el pintor también utilizó como fuente visual ciertos grabados del flamenco Hendrick Goltzius (1558 - 1617).
La obra se documenta por primera vez en España en el inventario del Alcázar de Madrid de 1686.
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