En el interior de la conocida basílica medieval de Asís en Italia, sitúa Jiménez Aranda a estos fieles haciendo penitencia. Algunos portan grandes cruces y arrastran cadenas mientras otros rezan ante un altar o charlan con otros personajes vestidos a la moda del siglo XVIII.
El tema remite claramente a la pintura de Goya con sus abundantes escenas de festejos religiosos. Sin embargo, la localización en la ciudad italiana, responde a la fascinación que el interior suntuario y los frescos de la histórica basílica supusieron para Jiménez Aranda durante su etapa en Italia.
La obra está abordada desde una estética eminentemente realista, que mantiene todavía una fuerte relación con el impacto de la pintura de historia entre los artistas españoles.
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