En este retrato Rubens cita muy directamente dos obras de arte que tenían un gran prestigio en la corte española. El diseño general del retrato ecuestre se inspira en la figura de Carlos V a caballo que aparece en uno de los tapices de la serie La conquista de Túnez, diseñada por de Jan Cornelisz. Vermeyen (h.1500-h.1559). Pero el rostro y el cuerpo armado de Carlos V han sido substituidos por los de su hijo, Felipe II, y reproducen un retrato pintado por Tiziano (Museo del Prado). Aunque se desconoce el origen preciso de este cuadro, sólo documentado desde 1686, cuando colgaba de las paredes del Alcázar de Madrid, el uso de dos imágenes tan importantes dentro de la Monarquía Española sugiere que se trata de un encargo procedente de la corte de Madrid o de la de Bruselas.