Alegoría de la Pintura
La composición está perfilada en mandorla. Se trata, en propiedad, de una alegoría de las Artes, ya que, además de la Pintura, protagonista fundamental de la composición, encarnada por una matrona en actitud de pintar un lienzo, un geniecillo, junto al caballete, muestra un torso escultórico; otro en primer término, parece esculpir un relieve y un tercero, junto a él, muestra un pliego, posible alusión a la arquitectura ó al dibujo. Sobre todas las figuras sobrevuela otro genio tañendo el clarín de la fama.
Sin duda, ha de tratarse del boceto preparatorio para la decoración del techo de alguna residencia civil del primer tercio del siglo XIX, en las que se pusieron de moda este tipo de alegorías de pocas figuras y perfiles almendrados.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). DÍEZ, José Luis. La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano. Valencia: Fundación Bancaja, 2005. p. 82.
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