Carlos II (1661-1700), murió sin heredero. Según la fecha que aparece en el cuadro, el Rey tendría entonces veinte años. En este retrato, es la primera vez que lo vemos con atuendo militar. Esta fórmula iconográfica estaba ya bien establecida en la tradición del retrato habsbúrgico. El carácter bélico del retrato, que no es más que fiel reflejo del guerrear constante con la Francia de Luis XIV, continua en la escena del fondo, en la que se ven dos navíos de guerra disparando sus cañones.Se ha supuesto que esta pintura es una repetición del cuadro que pintó Carreño en 1679 con ocasión de la negociación de las bodas del Rey con Maria Luisa de Orleáns.Seguramente no era fácil retratar a Carlos II, débil, enfermo y de aspecto poco agradable. Carreño lo pintó con gran sensibilidad y acierto, mezclando un alto grado de idealización con la obligación de no ocultar del todo la degeneración que padecía la dinastía.