Tres personajes tocados con capirotes y torsos descubiertos sujetan a un cuarto desnudo en el aire, mientras otro yace en el suelo tapándose los oídos y un sexto huye con la cabeza cubierta por un paño blanco y haciendo el gesto protector de la higa. A la derecha de la escena, un asno se recorta sobre el fondo neutro.
Esta obra fue uno de los seis lienzos que Goya vendió en 1798 a los duques de Osuna para decorar su quinta de La Alameda, y que se encuentran en relación con los aguafuertes de los Caprichos, en los que Goya presenta escenas de brujas y de brujería semejantes a las que aparecen en la serie.
Este cuadro fue adquirido en 1999 por el Museo del Prado con fondos del legado Villaescusa.