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Ruinas de un antiguo tejar y de su construcción adyacente en la montaña del Príncipe Pío, situada en el Real Sitio de la Florida, Madrid.
Este enclave fue uno de los más visitados por Haes y sus discípulos, y a él solían acudir para realizar las prácticas de Estudios del Natural de la Escuela de San Fernando.
La intensidad de la luz, las variaciones tonales de ocres, marrones y verdes y sus contrastes con la amplitud del cielo fueron, desde el principio, fuente de inspiración para Carlos de Haes.
Esta obra fue donada al desaparecido Museo de Arte Moderno por Jaime Morera y aceptada por Real Orden de 10 de junio de 1899.
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