En primer término, una de las torres albarranas de la muralla de La Alhambra da paso a las laderas de unas montañas cubiertas de vegetación, que se coronan con los picos nevados de la sierra. Cielo blanquecino, en la parte superior, y gamas pardo-rojizas en el resto de la composición.
Pese a la firma, está pintado durante el otoño de 1909
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