La modelo, a menudo identificada con Agnese, cuñada del pintor, debía de estar recién casada, como avala la ostentación que hace de la alianza matrimonial y el libro, probablemente un petrarchino, edición en octavo de las Rimas de Petrarca (Venecia, 1501), común en retratos de enamorados de la época. El retrato es ajeno a cualquier idealización, tanto por la indumentaria de la modelo como por su físico, muy alejado del modelo de belleza petrarquista de cabellos rubios y ojos claros.