Multitud de amorcillos se reúnen para ofrecer frutos en ofrenda a la estatua de la diosa de la Belleza y del Amor, Venus, junto a dos ninfas situadas a la derecha de la escena.
La composición deriva de uno de los sesenta y cuatro cuadros, vistos o imaginados, que Filóstrato (hacia 170-245) describe en sus Imagines (Imagines I, 6). Se trata del primer encargo de Tiziano para el “Camerino de alabastro” de Alfonso I de Este, recibiendo en abril de 1518 las instrucciones sobre el tema y, probablemente, el boceto de Fra Bartolommeo para su realización.
Tiziano otorga especial importancia a los cupidos que, a diferencia del boceto, son el centro de la composición, inspirándose para muchos de ellos en conocidas estatuas clásicas.
La obra fue realizada, junto a otras como La Bacanal de los andrios (P418), para el llamado “Camerino de alabastro” de Alfonso I de Este en Ferrara. En 1598 fueron trasladadas al Palacio Aldobrandini en Roma y, en 1637, Niccolo Ludovisi se las entregó a Felipe IV (1606-1665) por medio del conde de Monterrey en pago del Estado de Piombino. En España, aparece citado por primera vez en los inventarios del Alcázar de Madrid de 1666, 1686 y 1700.