Está instalado en el único edificio civil de la primera mitad del siglo XIV conservado en la ciudad; fue restaurado en 1936 para albergar el museo. Según la tradición este edificio sirvió durante la Edad Media de taller para artesanos y almacén de materiales para la catedral. Conserva una colección de cerámica y azulejería mudéjar toledana de los siglos XIV y XV, piezas de artesanía de madera y de arqueología.