El cuadro muestra a la futura reina de España, hija de Felipe de Borbón y de Luisa Isabel de Francia, duques de Parma. En 1765 contrajo matrimonio con Carlos IV. Aquí aparece en un sencillo retrato de busto, algo prolongado; el rostro posee unas carnaciones de un delicado tono rosado, los ojos son castaños y el cabello está empolvado en tonos grisaceos. Mira de frente al espectador y lleva al cuello un gran lazo en forma de gola, siguiendo la moda del momento. El mínimo fragmento de indumentaria que se aprecia es de un verde amarillento, contrapuesto al fondo verde oscuro sobre el que destaca la efigie.
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