En esta ocasión Hércules se enfrenta a la Hidra, monstruo fabuloso de múltiples cabezas que encarnaba los males y los vicios. Su extinción exasperaba a los habitantes de la región pantanosa de Lerna, pues al seccionar cualquiera de sus testas, en lugar de provocarle la muerte, el animal generaba una nueva. Con la ayuda de su astucia y de su sobrino Iolao, que aparece a la derecha de la escena portando una tea encendida, el héroe acorraló a la alimaña y la destruyó por medio del fuego, enterrando luego sus cenizas. Los trabajos de Hércules simbolizan tanto el valor del héroe, y con él, el del Rey y la monarquía, como el triunfo de la Virtud sobre el Mal y la Discordia.Formó parte de la serie de lienzos sobre los trabajos de Hércules que realizó Zurbarán para la decoración del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro.
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