Imagen de la Santa Faz, paño en el que, según la leyenda, quedó grabado el semblante de Cristo al enjugarle Santa Verónica el rostro con él en su camino hacia el Calvario durante la Pasión. A pesar de que los Evangelios no mencionan a la Verónica, la Iglesia rinde culto a la Santa Faz desde el siglo III.
La intensa mirada de Cristo supera al hieratismo tradicional de los iconos bizantinos y aporta a la composición una cercanía del milagro más en consonancia con los ideales propagados por la Contrarreforma.
Esta obra fue adquirida con fondos del legado conde de Cartagena en 1944.
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