Plato circular con orilla levanteda que se decora con tres espejos elípticos apaisados que alternan con tres pares menores dispuestos radialmente y, entre unos y otros, recuadros trapezoidales entre ces vegetales. Asiento rodeado por adorno similar alternando seis trapezoides con ces u óvalos radiales, en la moldura del cerco se suceden seis pares de espejos radiales y seis recuadros trapezoidales y, ya en el campo de la pieza, otra cenefa con seis trapezoides y seis pares de ces; en el borde del campo junto a la orilla, orla de semicírculos con punto central.
Pieza sin marcas realizada con técnica muy cuidada que destaca por la coherencia en el empleo y alternancia de los motivos decorativos. Podría clasificarse de obra típica en su género, sin que el platero muestre rasgos de artífice sobresaliente pero sí muy correcto, haciendo una obra convincente y nada defectuosa, en la que sigue un tipo que había quedado definido y codificado a lo largo del reinado de Felipe III. En el estado actual de la cuestión, el conocimiento de él que demuestra el artífice parece que inclina a pensar en un origen cortesano, pero no son muchos los ejemplares conocidos marcados en otros centros que permitan definir e identificar sus respectivas producciones y existen obras de gran calidad hechas fuera de Madrid temprananmente, por lo que parece menos arriesgado optar por una clasificación castellana. [...]. En las fuentes, los elementos decorativos y su ubicación dan lugar a innumerables variantes que distinguen cada ejemplar. Aquí el artífice ha optado en primer lugar por la división entre tres y seis de los motivos y en su disposición en cuatro zonas. Las de mayor relieve -orilla y moldura del asiento- presentan espejos, aunque no de la misma manera. En éstas y en las otras dos zonas -dentro y fuera del asiento- los pequeños trapezoidales de lados cortos curvos y las ces con perfil vegetal alternan, aunque formando series distintas. Escasas variaciones aparecen además en la moldura del asiento -donde faltan las ces- y en la cenefa del propio asiento, en que las ces son sustituidas alternadamente por formas planas de espejos. Así, con un limitado número de elementos, se consiguen combinaciones complejas. Es de señalar que la orla de semicírculos es semejante a la que aparece en una salva con pie de la misma colección Lázaro, pero no es motivo suficiente para pensar en un mismo artífice, ni tan siquiera en un mismo centro de origen.
CAMPS CAZORLA, Emilio. Inventario del Museo Lázaro Galdiano (1948-1950). CRUZ VALDOVINOS, José Manuel. Platería en la Fundación Lázaro Galdiano. Madrid: 2000. Pág. 173-175, nº 70. SANZ, Mª Jesús. "Las jarras bautismales del Museo Lázaro Galdiano". Goya, revista de arte. Madrid: FLG, 1975, Pág. 155, nº 5; Revista Goya nº 129.