Esta obra es conocida tambiñen como "estatua egipcia". La única diferencia con el dibujo en el Cuaderno de Ajello (lám. 3) radica en la pérdida de todos los dedos de ambas manos, pérdida reciente, puesto que aun aparece la figura completa en el catálogo de Blanco (1957). La pieza está muy restaurada, y su iconografía dista de ser concreta. Pisa un animal extraño, que Blanco identificaba con una mangosta, frente a la práctica totalidad de los estudiosos desde Hübner, que piensan más bien en un cocodrilo; en efecto, es probable que esta última sea la solución correcta, y que en una restauración se puliese e igualase la boca del saurio, acaso rota accidentalmente. Sin embargo, tampoco cabria descartar que los pies y el animal perteneciesen en principio a otra escultura, o incluso que sean un añadido barroco.