Espada con empuñadura de lazo de gavilán revuelto; el hierro que forma la cruz de la espada sirve para proteger la mano. Está cincelada dejando temas florales en relieves en que se incrustan rosetillas de plata. Hoja de seis mesas y doble canal hasta la punta. La evolución de la espada es lenta y se produce de forma gradual a lo largo de la historia. A principios del siglo XV, debido al nuevo espíritu de la época y a una progresión técnica, surgen importantes evoluciones en la guarnición de la espada, que dan lugar hacía 1500 a las modalidades más sencillas de las espadas de lazo, que se desarrollará a lo largo de todo el siglo XVI, hasta su sustitución por los tipos de concha o cazoleta, que dominarán durante el siglo XVII y parte del XVIII. La evolución de la espada de lazo consistió en unir anillo y patillas, situando otros anillos al extremo de éstas, y detrás del principal, y lanzando una rama en curva que se une con el pomo. Esta última pieza procede de la espada oriental de un solo filo y de hoja curva. Entre 1525 y 1625 fueron embelleciéndose y decorándose con el arte de la orfebrería.