Hija mayor de Carlos IV (1748-1819) y María Luisa de Parma (1751-1819), Carlota Joaquina aparece representada a los diez años de edad, puesto que el retrato fue pintado con motivo de sus esponsales con el heredero al trono portugués. En él se describe a la futura soberana en un interior palaciego monumental con fondo de pilastra clásica, cortinaje y una gran jaula sobre una consola de aparente estilo Luis XVI.El vestido es típicamente francés y recuerda la moda de los años finales del Antiguo Régimen; evocando la indumentaria de María Antonieta y las damas de su entorno. El artista ha creado un refinado retrato de corte que conjuga la idea de cierto envaramiento, impuesto por el carácter oficial de la imagen y la expresión vital de la infancia, en una actitud congelada en el tiempo, pero no carente de humanidad.
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