Busto con inscripción que recuerda a Cicerón y la edad a la que murió. La cabeza imita un retrato del orador. Este busto del Prado desempeña un papel importante para la identificación del retrato de Cicerón, pues lleva la inscripción del nombre del celebre orador romano (106-43 a.C.) en la tablilla rectangular del pedestal, que esta fijada al busto, figura la inscripción abreviada: "M.CICERO AN. LXIIII". El retrato de Cicerón se ha conservado a través de dos versiones de la epoca imperial, una clasicista, de rasgos mesurados, a la que se remite la cabeza moderna del Prado, y una segunda versión donde los rasgos de la edad son mas acentuados y la expresión de la cara mas viva. Esta versión original, de ejecución más rica, parece reproducir un retrato esculpido en vida de Cicerón, entre 60 y 50 a.C., quizá como elogio por haber revelado la conjuración de Catilina en 63 a.C., cuando ocupaba el cargo de cónsul. El propio Cicerón menciona que la ciudad de Capua mando erigirle una estatua de bronce dorado con éste.