Pieza rectangular con decoración floral en dos de sus caras. En una de ellas, sobre fondo blanco, alterna flores y piñas de colores melado y azul, y en la otra, que ha perdido parte de la pigmentación, aún se puede ver el diseño a base de alternancia de flores azules y meladas. En ambas caras se perfilan los diseños con manganeso.
Se trata de un alizar realizado con la técnica de cuerda seca, cuya introducción en la ciudad de Toledo se produjo en la segunda mitad del siglo XV, prolongándose en buena parte de la centuria siguiente. A juzgar por las piezas conservadas con esta técnica, se realizaron preferentemente remates arquitectónicos para fachadas o escaleras, alizares o mamperlanes, azulejos y olambrillas. De hecho todavía se conservan numerosísimos (...) alizares de cuerda seca in situ (MARTÍNEZ CAVIRÓ, 1991, pag 313).
Los alizares son azulejos destinados a cubrir los bordes de los escalones, los alféizares de las ventanas y los ángulos de los muros o de los frontales de altar. Normalmente acompañan a zócalos o frontales recubiertos de azulejos de arista. (....) En el siglo XVI los temas pasan a ser renacentistas, con cuernos de la abundancia y diversidad de guirnaldas, y se incorpora el vidriado azul, (...), propia de los hornos toledanos, llamado azul Toledo, mientras el negro manganeso desaparece (MARTÍNEZ CAVIRÓ, 1991, pp. 313-314). A esto habría que añadir lo que indica Anthony Ray sobre el motivo decorativo que presenta este alizar, al considerar que las hojas aguzadas podrían relacionarse con las ferroneríes flamencas (RAY, 2002, vol. II pag. 27).
José Aguado Villalba, en su discurso de ingreso a la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, recoge diversas tipologías de alizares, siendo una de ellas ésta. Se caracteriza por mostrar una decoración floral que fue muy empleada en Toledo y se realizaba con la técnica de la cuerda seca. Según este autor, se trata de un tipo de alizar de estilo Renacimiento con alguna influencia mudéjar, de principios del siglo XVI. También indica que son piezas cerámicas de forma diédrica, con dos caras decoradas y esmaltadas, utilizadas para rematar vivos de pequeños escalones o en alféizares de ventana, que no deben confundirse con los aliceres (son tiras estrechas empleadas en zócalos) (AGUADO VILLALBA, 1979, pag. 54).
Según Anthony Ray los alizares se fabricaban con la técnica de cuerda, ya que no se podía aplicar la presión requerida por la técnica de arista al segundo plano sin destruir el primero (RAY, 2002, pag. 29).
Como la mayor parte de los alizares se han usado en los solados, la parte o cara superior, es la que más ha sufrido por el lógico desgaste, a lo largo de los años, y en muchas ocasiones, siglos (AGUADO VILLALBA, 1979, pag. 54).
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