A la derecha la Virgen, de rodillas y leyendo un libro, alza la cabeza sorprendida por la aparición del ángel. Este, a su derecha, volando arrodillado, sobre una nube.
Atribuido tradicionalmente a Tintoretto; Manuela Mena Marqués, que señaló la excelente calidad del dibujo, sugirió acertadamente que podría pertenecer a la escuela boloñesa. Las aguadas bellamente armonizadas, yuxtapuestas con zonas de papel en blanco para dar mayor
luminosidad a las formas, son típicas de los fluidos dibujos a aguada de Faccini. La composición recuerda también el tratamiento de las
anunciaciones tanto de Annibale como de Ludovico Carracci, junto a los cuales trabajó Faccini durante algún tiempo.
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