Boceto preparatorio para el fresco del Palacio Real de Madrid y eslabón intermedio entre la pintura definitiva, su modellino dibujado y los dibujos de estudios aislados para varias figuras de la composición.Su ejecución es, logicamente, mucho más fresca y jugosa que el fresco definitivo, con el que apenas presenta ligeras diferencias, por otra parte insignificantes dentro de una "maquina" de semejante envergadura y complicada composición, poblada de gran cantidad de figuras.Así, en el boceto no aparece el genio alado que tañe el arpa que sostiene el Placer, la Monarquia Española mira hacia el infante recién nacido y no hacia el cielo, como en la bóveda; también mira en distinta dirección el paje del segundo término que sostiene, a la derecha, el almohadón con la corona real, y la cigüeña, que tiene en el boceto su cabeza hacia delante y no hacia atrás como en el fresco, añadiéndose además algunos angelitos entre el humo que se eleva hacia la Inmaculada. El templo de orden dórico sobre el que se celebra la ceremonia, es en el boceto más estrecho en sus intercolumnios, causando el consiguiente efecto de mayor esbeltez y altura. En la cornisa lateral en la que se representa la Paz arrojando a los Vicios, se añaden en la pintura final dos figuras masculinas más mesándose los cabellos, un geniecillo volando, portador de una antorcha, y otro más, con un martillo. En el grupo del testero lateral derecho, tampoco aparece la figura del Honor, que se añade en el fresco, junto a la de otros dos geniecillos.Teniendo en cuenta que la decoración de la bóveda ya quedó designada en 1825 y, conociendo el riguroso y forzosamente lento proceso de elaboración con que López afrontaba obras de esta envergadura, la ejecución de los dibujos y estudios previos, así como del presente boceto para la decoración del techo palatino debieron iniciarse bastante antes de la conclusión de éste.
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