Lienzo de formato vertical que presenta una hornacina, con arco de medio punto flanqueado por columnas dóricas estriadas, que cobija figura de la Virgen coronada y vestida. A ambos lados del baldaquino se encuentran distribuídos y asidos a la estructura seis ángeles. A los pies de la Virgen unas velas y una custodia de mano.
Técnicamente es obra característica del Pintor de Arandilla, que sigue de cerca la tradición aprendida de Carreño. La pincelada suelta y untuosa, propia de los talleres madrileños del último tercio del siglo, no está exenta de sutilezas, como la simulación de la gasa que debía cubrir el frente del retablo por medio de delicadas veladuras. La composición, necesariamente simétrica en función del tema, está planteada inicialmente en grisalla, sobre la que se ha ido superponiendo la imagen final. (INFORME DE KERMES EXP. 41/2003/3.14)
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