Taza Aovada de ágata blanquecina, con guarnición de oro realizado según la técnica kundam, en forma de tallo con hojas y pájaros con rubíes en cabujón. En el pie, labor de filigrana y las mismas piedras en cabujón. Obra influenciada por la estética china, quizás proveniente de la India MOngol. En 1815 faltaba ya el trozo que hoy aparece restaurado; en 1839 habían desaparecido siete rubíes de los ciento treinta y ocho que se registran en 1776. Esta obra forma parte de la herencia recibida por el rey Felipe V (1683-1746) a la muerte de su padre, el Gran Delfín, en 1712.