A la orilla del mar, baten las olas sobre las formaciones rocosas que se adentran en él, sobresaliendo a la izquierda un promontorio en cuya superficie se adhieren líquenes y vegetación marina. al fondo, se observa un mar rizado salpicado por pequeñas crestas de olas que van proporcionando pequeños puntos de luz sobre la superficie marítima que culmina en el horizonte en un sutil línea verdosa que contrasta con la oscuridad degradada de un cielo turbulento en el que se adivina el desarrollo de una tormenta.
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