El joven retratado tiene una mirada melancólica y una barba cerrada, que cubre gran parte del rostro y del cuello, cuyos largos mechones están peinados hacia delante. Al igual que en los retratos de emperadores y príncipes de la época julio-claudia, los bucles encima de la frente siguen un orden determinado. El cincelado tosco y los ojos marcados mediante estrías profundas son un indicio de que la cabeza fue realizada en el siglo III d.C. Al igual que en tantas otras ocasiones, también aquí sirvió de modelo el retrato de un emperador P.Licinius Egnatius Gallienus (218-268) fue un emperador atípico del siglo III tanto por su largo gobierno, de 253 a 268, como por sus retratos. Resulta difícil determinar a quien retrata esta efigie, creada entre 265 y 270 d.C. El joven provenía seguramente de una familia próspera y se puede suponer que había iniciado una carrera militar. Probablemente, el retrato sirvió para decorar la tumba de una persona muerta a corta edad.