Cabeza girada hacia su izquierda, reelaboración moderna del llamado pseudo-Vitelio, cuyo único arquetipo conocido es el retrato procedente de la colección Grimani, en el Museo Arqueológico de Venecia, catalogado como de época Adriana (117-138), pero cuya autenticidad parece dudosa. Tiene una gran calidad técnica y copia fielmente los rasgos del retratado. El modelo fue muy reproducido durante el Renacimiento y el Barroco, por lo que existen réplicas en casi todos los museos y colecciones de antigüedades. La identificación de este busto (existen otros tres en el Museo del Prado, E00090, E00158 y E00159) con el procedente de la colección de Hurtado de Mendoza está basada, además de por su estilo, en la coincidencia de las medidas: "poco mas de media bara de largo". Esto es, algo más de 42 cm. Incluido el pedestal, que es como se medían antiguamente este tipo de piezas, alcanza 55 cm de altura, por lo que es el que más se aproxima a las dimensiones de la descripción. Hübner (1862) lo cataloga como copia moderna del busto del capitolio; Barrón (1908) añadió la procedencia del Alcázar; Blanco (1957) y Blanco/Lorente (1969) remitieron a E00158, haciendo referencia al tipo inventado en el Renacimiento como Vitelio, para completar la "serie de los Doce Césares" que todo coleccionista aspiraba poseer. Por su procedencia, se puede fechar la obra en Venecia o Roma, en la primera mitad del siglo XVI, ya que don Diego Hurtado de Mendoza regresó a España en 1554, con su colección de antigüedades formada en ambas ciudades.