Figura del Niño Jesús de tamaño mayor que el natural, desnudo y dormido con los atributos de la pasión puestos en tierra, colocado sobre un basamento de jaspe de color morado claro veteado, adornado con bronces dorados a fuego que sirven de pie al conjunto.
El tema, muy utilizado por los escultores romanos de la segunda mitad del XVII y principios del XVIII, deriva del Amor dormido tal como aparece representado en la escultura clásica. Ya antes, durante el siglo XVI, sirvió de modelo al joven Miguel Ángel para realizar una copia, hoy perdida, que fue tomada por antigua. Las versiones modernas parten de una figura de niño, en bronce, realizada por Duquesnoy (1594-1643), que actualmente se encuentra en Viena. Por otro lado, el pedestal de la figura del Prado está muy cerca de los diseñados por este último artista. Sin embargo el uso de trépano y los detalles decorativos de la base, flores y hojas, nos acercan más al estilo de Cornachini, como se verá más adelante.
Barrón (1908) lo catalogó como posible trabajo de la Fábrica del Buen Retiro; Lorente (1963) como obra probable de Cornacchni, en base al parecido estilístico con la desaparecida estatua yacente de San Juan Francisco de Regis, en Madrid, en el antiguo convento de la calle de la Flor, de la que se conserva una foto y en la que el modelo infantil que reconforta al santo es muy similar. Además Lorente relacionó la figura del Prado con otra del mismo artista, La Esperanza, que se encuentra en Roma, en la capilla del Monte de Piedad.
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