El anónimo artista de esta tabla acude a los modelos de Weyden para realizar su composición. En la figura de Cristo invierte el prototipo de La Crucifixión de Viena y reproduce el modelo de la Magdalena utilizado en El Descendimiento [Cat. 2825]. Pese a la cuidada técnica, la delicadeza del color y el dominio de la representación del paisaje -en deuda con Gerard David y la escuela de Brujas-, el autor no tiene la pericia del maestro de Tournai para enlazar las figuras en el conjunto.
La fecha de 1513 y el anagrama de Alberto Durero son un añadido apócrifo.
Estuvo colgada en el Alcázar de Madrid y en el Monasterio de El Escorial de donde ingresó en el Museo en 1839.
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