Obra romana del siglo II d.C. inspirada en modelos helenísticos. La obra llegó mutilada al Prado, donde Salvatierra se limitó a ponerle un brazo nuevo, con una copa en la mano, sin conocer la restauración del siglo XVII, dando lugar a la crítica de Barrón: "esta obra fue restaurada en el año 1830 por el escultor Salvatierra, quien antes había levantado la restauración antigua. La copa que puso a Ganimedes en la mano derecha no existía en la restauración antigua, y casi podría afirmarse que tampoco en la composición original, pues hay que tener en cuenta que este Ganimedes es todavía el pastor del Ida, no ya el escanciante de Júpiter... el carácter con que (Salvatierra) realizó la restauración no es de lo más apropiado al de la obra. En la restauración antigua... y probablemente en el original, la mano que hoy tiene la copa sólo sirve para ayudar a la expresión total de inquietud y espanto en que esta inspirada la figura". Otro de los añadidos realizados por Salvatierra hubo de ser una hoja de parra, que aparece documentada gráficamente por Clarac. Posteriormente, el Ganímedes no ha sufrido más variaciones que la pérdida de esta hoja. Fue adquirida por el marques del Carpio en 1678 en 30 escudos, en la almoneda del cardenal Camillo Massimi, y figura en el álbum del Carpio, donde ya aparece restaurada. Traída a España por Carpio, la obra pasó a la Casa de Alba, de donde fue adquirida por Felipe V e Isabel de Farnesio, pasando a La Granja. Allí fue estudiada por Ajello, quien la creyó obra griega. Pocos años después de ser dibujada (Cuaderno de Ajello, nº 41) perdió su brazo derecho, y así lo describe Ponz.
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