Cristo, situado en el centro izquierda de la composición, tocado con aureola, vestido con túnica roja y verde y portando una cuerda a modo de látigo, expulsa a los mercaderes del Templo de Dios.
La escena está inspirada en el pasaje del Nuevo Testamento narrado por los cuatro evangelistas, en la que Jesús, entrando en el Templo de Jerusalén, echa a cuantos compraban y vendían en su interior exclamando: "¿No está escrito: Mi Casa será llamada casa de oración para todas las gentes? ¡Pero vosotros la tenéis hecha una cueva de bandidos!". (Mateo: 21, 12-17; Marcos: 11, 15-17; Lucas: 19, 45-46 y Juan 2, 14-16).
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