El emperador Constantino el Grande, que con la legalización del culto cristiano y el traslado de la capital del Imperio de Roma a Bizancio dio comienzo a una nueva etapa histórica, fue proclamado Augusto en Britania en el año 306 por las tropas de su difunto padre Constantino Cloro. Con motivo de su triunfo sobre Majencio en el año 312 en el puente Milvio, se erigieron en Roma numerosos edificios y se creó un segundo tipo de retrato, que está fechado también por monedas y por un medallón de oro del año 313. La cabeza del Prado es una réplica excelente de este tipo. A la mayoría de estos retratos les falta la corona de laurel o de encina sobre la cabeza, elemento que aparece en casi todas las monedas entre el 307 y 325 como símbolo de poder y que en el 325 sería sustituido por la cinta del soberano para, finalmente, transformarse, en el 326, en la diadema de perlas que desde entonces llevarían todos los emperadores bizantinos. En lugar de la corona, una serie de monedas de oro, acuñada entre el 313 y el 315, presenta un nimbo que aparece como un disco detrás de la cabeza. En estos años, Constantino se hizo representar como "Invictus" (invencible) al igual que el Sol, apareciendo así como "Cosmocrator", gobernante del Universo. Es posible que originalmente el retrato de Madrid, de tamaño claramente mayor que el natural y perteneciente a una estatua, estuviera instalado delante de un muro, en el cual habría un disco de algún material precioso y reluciente que representaría el nimbo.
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