Este lienzo y el P7909 son las obras firmadas más tempranas que se conocen de Tomás Hiepes, el principal punto de referencia del bodegón levantino durante el siglo XVII. Muestran muchas de las características que le otorgan una personalidad diferenciada en el contexto de la naturaleza muerta española de la época: el gusto por la simetría, el uso de vistosos y ostentosos recipientes de cerámica, y el empleo de una escritura pictórica muy minuciosa que hace que cada fruta, cada recipiente o cada flor tengan una presencia individualizada y muy precisa. A todo ello se suma una gran monumentalidad, que logra el pintor utilizando un punto de vista alto y colocando a los objetos en un plano muy próximo, lo que hace que llenen con su presencia casi toda la superficie del lienzo.