La cabeza representa a una mujer cuidadosamente peinada aunque trabajada de forma muy escueta. Los rizos, tensados hacia la parte posterior de la cabeza, están divididos por una raya sobre la frente y se enroscan sobre las sienes para acabar recogidos en un moño sobre la nuca. A partir del siglo V a.C se puede encontrar este peinado en obras de arte y aparece de forma similar en retratos femeninos incluso bien avanzado el siglo II d.C. Se trata de un peinado femenino sin particulares complicaciones, que continuó siendo representado a pesar de los cambios de la moda. La imagen porta una diadema, llamada "stephné", cuyo modelo estaba hecho de metal precioso, se llevaba atado con un cordón en la parte posterior de la cabeza, solían estar decoradas con ornamentos que hasta hoy pueden encontrarse en las esculturas de mármol en forma de relieves. Este tipo de tocado era un distintivo reservado a las divinidades o para aquellos mortales que se aproximaban a los dioses, bien por méritos o por su sobresaliente posición como soberanos.