El dibujo representa a un gigantón de gesto serio y desafiante que apoya su brazo izquierdo sobre una vara y se cubre, a la altura de la cintura, con un paño atado con una cuerda. Está representado en el centro de un aula con pupitres escalonados donde trabajan numerosos escribientes, alguno de los cuales mira con asombro al desubicado personaje que, al hilo del título, está plantado en un espacio ajeno por completo a su naturaleza.

La ilustración, de estilo naturalista, técnica cuidada y tono socarrón, apareció en el interior de la revista Madrid Cómico el 26 de mayo de 1900 (p. 268), acompañando un texto de Antonio Sánchez Pérez con cuyo contenido no tiene relación directa ya que versa sobre el turismo convocado por un reciente eclipse solar. Conserva agujeros en los bordes del papel, señal de haber estado fijado a un tablero de dibujo. (C.S.D.)